miércoles, 7 de febrero de 2018

MicroRelato XI

    Entre los árboles había un pozo, estaba prohibido ir allí. Si alguien iba, cosas malas ocurría a la persona y a quienes la rodeaban. Estaba cansada de todas las fantasías de mi tatarabuela. Varias generaciones de nuestra familia había vivido en aquella casa. El hermano de mi tataraabuela murió porque se cayó al pozo. Desde entonces siempre mi tatarabuela esta fantaseando y divagando.  Ella creía que pasaba algo malo si ibas a ese pozo. Yo no me lo creía, estaba cansada del misterio de la casa. Deseaba irme...
Un día totalmente decidida fui al pozo, miré dentro pero no tenia nada sobrenatural. Era un pozo cualquiera.
Cuando iba a volver al interior de la casa me tropecé con algo, era metálico y circular. Cuando miré mejor me di cuenta que era una trampilla. La abrí y vi que habían unas escaleras talladas en la piedra. Bajé para ver que había dentro pero de pronto la puertecita de cerró. Comencé a golpear la trampilla y a gritar pero dejé de hacerlo cuando comencé a escuchar unos ruidos.  Acabé de bajar los escalones y comencé a escuchar una risa y a alguien que continuamente repetía "Bienvenida al infierno".
Comencé a llorar consciente que debí haber echado cuenta a la advertencia, la risa se escuchaba cada vez mas estridente...

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